Capítulo 23
Llegó el fin de semana y, tras haber completado su primera semana de trabajo sin más inconvenientes como el incidente de la prometida, Irina se sentía aliviada y emocionada por disfrutar de un merecido descanso en casa con su hijo. Tenía la genial idea de pasarse todo el día en la cama viendo películas y jugando con Gail, su pequeño de casi cinco años. Amaba esos momentos de calma, sin alarmas, sin horarios, sin obligaciones. Solo ella y él, abrazados bajo una manta.
Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida por una llamada inesperada de su jefe. Leone la estaba llamando fuera de su jornada laboral y, por un momento, dudó en contestar. No quería que sus planes de descanso absoluto se vieran arruinados, pero, al final, suspiró y respondió con resignación.
— ¿Sí, dígame?
— Irina, qué bueno que contestas. Necesito que te pongas ropa deportiva cuanto antes y prepares un bolso. En treinta minutos pasaré a recogerte. Deberás ir conmigo a un lugar — dijo Leone, con ese to