Capítulo 22
En la oficina de Leone, después de que Irina salió y los dejó solos, Roberto y él se quedaron hablando de temas importantes. Roberto era un viejo amigo de la familia, pero también era un abogado muy respetado en el ámbito legal. Había ido a la empresa a petición de la madre de Leone, su vieja amiga, quien había preparado un contrato prenupcial que su hijo debía firmar antes de casarse con aquella mujer, y el mismo que a su vez también requería la firma de Georgina. Amatista quería asegurarse por todos los medios posibles que aquella mujer no pudiera arruinar a su familia en uno de sus arranques de locura. Ella como la matriarca de la familia debía pensar no solo en el bienestar de su primogénito, sino también tenía que asegurar el futuro de sus pequeñas gemelas.
— Esta mañana estoy frente a ti no como tu amigo o un conocido, más bien estoy aquí en calidad de abogado, Leone Miles. Tu madre quiere asegurarse de que tu futura esposa no pueda obtener nada de ustedes en caso d