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La decisión está tomada.

POV Benjamín

Sentía gusto de poder en este momento decir un “estás fuera” a esa mujer que volvía a cruzarme, deseaba que su desempeño en los filtros fueran los peores para justificar mi decisión, pues por mi parte, está fuera. Pero no sería como yo deseaba, al final no tomaría las decisiones solo.

Esta nueva línea de maquillajes será lanzada con la marca de mi empresa, pero tengo tres socios que participan en este proyecto.

Miré su nombre en el portafolio.

—Emily Daniel —susurré.

—¿Conoce a la participante, señor? —me preguntó una de mis socias.

—No —respondí mirando a la mujer con una sonrisa—. Por un momento su rostro se me hizo familiar, pero no. La confundí con una grosera y maleducada mujer con la que tuve una situación hace unos días, pero no, no es ella. La señorita… Emily, parece ser un poco culta.

Ella bajó su mirada y juntó sus manos.

—Emily ¿Qué edad tienes?

—Tengo veintitrés años.

—Joven…

Miré de reojo lo que mis colegas revisaban y todos tenía en la mira a Emily.

—¿Cuántos años tienes de experiencia? —pregunté mirando su portafolio.

—Aproximadamente un año, señor.

—¿Has trabajado con agencias o algo por el estilo?

—No, he trabajado de manera independiente.

—¿A qué te dedicabas en tu ultimo empleo?

Me crucé de brazos y la miré a la cara. Quería saber si podría mentir.

—Bueno, yo… era mesera en un restaurante, señor.

—Vaya, veo poca experiencia —solté haciendo una cara de “qué lástima”

—Para no tener experiencia, creo que tiene buenas fotos.

Mi socia mayorista da su humilde opinión.

Hasta ese momento no había visto el resultado de sus fotos, me hacía a la idea de que era igual de pésima que su mala educación, pero me llevé un par de sorpresas.

—Tuviste la mejor calificación en las tres fases, yo creo que hay potencial —menciona la misma persona que desde ese momento, hasta el final, no deja de hacerle cumplidos.

Mis socios les hacían preguntas a las otras chicas, pero yo estaba fichado solo en una de ellas.

—Emily, ¿Crees que tienes las cualidades para ser el rostro de una marca?

—Sí, señor Jones.

—La embajadora de estos productos, no solo debe tener un rostro agraciado que se vea bien en las cámaras, debe tener modales para acercarse a la gente, al final es la gente quien consume estos productos. ¿Siente que cuenta con lo necesario?

—Sí, señor Jones.

Ella se limitaba en sus respuestas.  

—Bien tomemos una decisión —expresé mirándola sin parpadear.

Mis colegas y yo empezamos a ver los registros que hizo la cámara de cada una de ellas, la decisión la tomamos en conjunto pues en este proyecto no solo yo estoy involucrado.

—Ella me gusta.

La señora Pedroza posa su dedo sobre la menos favorita para mí.

—Tiene un registro excelente, sin mencionar lo jugosa que se ve su piel. Es joven, bonita, se ve fresca. No lo sé, pero creo que esa es la mejor.

—Hay más participantes, no solo es ella —intenté revertir su elección.

Tomé todos los portafolios y se los entregué a los demás para que miren otras opciones.

—Quiero ver los resultados de la segunda fase, las fotografías.

—El fotógrafo dijo que ella fue su mejor registro —insiste la señora Pedroza—. Me dijo que solo necesitó un par de tomas, porque lo hace muy bien.

—Pero su portafolio no es tan amplio como el de las otras chicas —refuté al instante.

—¿Nos vamos a apoyar de su portafolio para la toma de decisiones?

Ahora sé por qué prefiero trabajar solo en mis cosas.

—No, claro que no, señora Pedroza.

Ella sonríe y sigue mirando las fotografías.

Llevábamos unos quince minutos y no lográbamos ponernos de acuerdo. Así que, llamé a Carla, mi asistente, y le pedí sacar a las chicas un momento porque nos tomaríamos un tiempo en saber cuál era elegida.

—Chicas, acompáñenme por aquí, por favor.

Miré a Emily a los ojos y esta solo apartó su mirada.

—Tengo tres chicas que me resultan increíbles; Emily por supuesto, Mariana y Lesli. Las tres me parecen muy buenas.

—Bien, yo tengo dos favoritas; Mariana y Emily.

—Emily es mi favorita.

Mis tres socios me miran esperando una respuesta.

—Mariana y Lesli, esta chica… Emily, no me gusta del todo… no lo sé. Siento que algo de ella no me termina de gustar —fruncí mi boca, rasqué un poco mi barba y negué con mi cabeza—. Creo que le falta experiencia, la veo algo… no sé, no me convence.

—Tiene las mejores tomas, no creo que se vea sin experiencia.

—Es mi percepción, señora Pedroza. Desde mi punto de vista no es la indicada, no puedo pensar como usted.

Se hacía tenso el ambiente.

—Veamos el resultado de todas ellas en la fase tres —propone alguien más.

—Estoy de acuerdo.

Quería decirles que lo mío con esa mujer era personal, pero luego de ver el resultado de la fase tres, empecé con el maldito dilema.

—Esta son las tomas que hizo el director, todas las tomas se hicieron desde un primer plano.

Las demás participantes lo hicieron bien, no lo puedo negar, pero cuando vimos el clip de Emily Daniel, los cuatro socios nos quedamos impactados.

—Registra bien —dice el hombre sentado a mi lado.

—Sí, tiene buena dicción también. Vocaliza mejor que las otras cuatro chicas.

Se veía tan amable que no me creerían si les digo todo lo que puede salir de su boca.

Personalmente esa mujer no conectaba, pero en el fondo sabía que era lo que queríamos para el producto y para la marca. Era lo que buscábamos, era lo que se tenía planeado y no habíamos podido encontrar, pero ¿por qué debe ser ella y no otra de las chicas?

¿Era buena en su trabajo? Sí, ¿la quería en mi proyecto? No.

—Me gusta, ella es la indicada —el señor Prenz tomó una decisión.

—A mí también me gusta.

No hacía falta conocer el veredicto de la señora Pedroza, ya sabíamos su elección.

—No me convence —dije en voz baja mirando la toma por décima vez.

Mi orgullo de hombre se negaba a aceptarlo, aunque sabía que era la mejor, de mi boca no saldría nunca.

—La mayoría está de acuerdo, señor Jones. Solo falta usted.

Pondría en riesgo el proyecto si hacía una mala elección, pondría en riesgo mis inversiones si por ese mismo orgullo escogía a otra participante.

Volví a tomar su portafolio, volví a mirar su desempeño en los filtros que hicimos y sí, esa grosera del carajo era la mejor.

—Está bien, entonces ella es la seleccionada. Emily, Emily Daniel.

—¿Se decide por ella entonces?

—No, pero la mayoría gana ¿no?

No lo iba a admitir.

—Ustedes conocen la visión de este producto y está de acuerdo con que sea ella, entonces ella será.

Sabía que era la mejor elección, es buena.

Carla hace pasar a las cinco chicas a la sala y la señora Pedroza es quien toma la palabra.

—Todas ustedes lo hicieron muy bien, su desempeño se destacó ante el resto de participantes y les agradecemos por participar. Las tendremos en cuenta en futuros proyectos, pero como saben, solo podemos escoger a una sola de ustedes para esta campaña de la empresa Jones Company que se llevará a cabo en colaboración con otros empresarios. Entonces, teniendo en cuenta el resultado de las fases, la selecciona es, Emily Daniel.

—¿Qué?

Emily mira a la señora Pedroza y muestra sorpresa en sus ojos.

—Sí, eres la seleccionada.

—¡Oh, Dios mío!

Ella sonríe.

—Bien, ya se hizo una elección, mi asistente le dará detalles, señorita Daniel. Es todo por hoy, con permiso.

Me levanté de mi asiento y salí de la sala, ya había estado el tiempo suficiente para conocer a la nueva modelo del proyecto, no debía quedarme más.  

¿Por qué debía ser mejor que las otras?

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