Simplemente, capítulo cerrado.
Punto de vista Marcelo
Han pasado dos meses, dos largos meses desde la última vez que la vi. 60 días en los que no he dejado de pensar en ella ni un solo instante. Quisiera poder dejar de hacerlo, pero es imposible. Es como si ella hubiera dejado una marca indeleble en mi corazón, y me está resultando muy difícil borrarla.
—¡Perdón, señor! ¿Interrumpo algo? —la suave voz de Rose me sacó de mis pensamientos.
—No, Rose, para nada. ¿Qué sucede? ¿Me necesita? —respondí rápidamente, tratando de recobrar mi compostura. Rose era mi nueva asistente personal. Después de mucho tiempo buscando, finalmente había encontrado a alguien capacitada para el puesto. Llevaba mes y medio en la oficina y ya demostraba ser muy eficiente.
—Sí, señor. Aquí están todos los balances económicos de esta semana. Solo falta que los firme —dijo mientras dejaba la carpeta de informes sobre mi escritorio. En el proceso, se inclinó ligeramente hacia adelante, revelando un escote que me nubló la vista. Tuve que tragar s