Punto de Vista Valeria
En los últimos días, mi relación con Marcelo había pasado por altibajos que, aunque normales en cualquier pareja, removían cada fibra de mi corazón. Nunca fui partidaria de las relaciones tóxicas; al contrario, siempre creí que estar con alguien implicaba respetar su libertad sin traicionar nuestros principios, porque la palabra del compañero que elegimos para la vida tenía un valor incalculable.
Aunque Marcelo nunca me había lanzado una mala mirada ni una insinuación equivocada, había una tensión en el ambiente que me pesaba. Lamentablemente, yo dependía completamente de él; estar en silla de ruedas no era algo que me motivara cada día. Mi única fuerza venía de la esperanza de recuperarme, de levantarme y ser una mujer fuerte, independiente, capaz de defenderme sola si algún día Marcelo decidía alejarse, y de sacar adelante a Estrella.
Esa noche, el sueño me vencía por completo. Había dormido poco los días anteriores, y la noche pasada fue peor: Marcelo llegó t