Retomando la vida.
Punto de vista Valeria
Recostada en la cama, no podía dejar de admirar mi anillo. Brillaba con tal intensidad que parecía un sueño, algo que jamás imaginé que Marcelo me pediría. De hecho, me parecía tan lejano a mi realidad.
Extendí la mano lo más alto que pude, sonriendo con los labios apretados. Nadie me veía, ya que Marcelo estaba ocupado asegurándose de que nuestra hija estuviera bien. Además de ser un ser humano increíble, era un padre ejemplar.
Mis ojos se iluminaban con el destello del diamante. Aunque sabía que era una joya valiosa, realmente no me importaba si era una imitación o no. Lo que realmente me cautivaba era el amor que Marcelo me brindaba y cómo mi corazón se derretía ante él.
—¿Cómo está mi futura esposa? —me preguntó su voz profunda y seductora, sacándome de mis pensamientos.
—Estoy tan feliz, siento que estoy viviendo un sueño. Marcelo, me has dado una felicidad que no sé cómo agradecerte. Eres tan bueno, sabes cómo cuidarme.
Marcelo tomó mi mano, donde llevaba