Mi madre sonrió débilmente y extendió su mano en mi dirección, yo la tomé y fui directo a su cama. Ella se miraba cada vez más demacrada y esto me dolía profundamente.
—Escucha —ella suspiró con cansancio —. El corazón de una mujer es un profundo océano de emociones, ahí puede albergar más de un amor. Créeme cuando te digo que solo las personas muy especiales pueden ocupar un espacio en un órgano tan pequeño, tú te has instalado en ese sitio y la única manera de que Kany te saque es que tú mismo hagas méritos para que así sea.
—¿Qué hago, mamá?
—Arriesga, hijo mío, arriesga. Porque el amor es casi como los negocios, el que no arriesga, no gana.
—¿Y si termino perdiendo? Quizás antes tenía una oportunidad con Kany, pero ahora lo he arruinado todo con la respuesta que le di.
—Kany te quiere, quizás en estos momentos se encuentra un poco decepcionada y por eso es que miras su actuar tan distante.
—No lo sé, al parecer tengo una especialidad en arruinar las cosas. Kany ahora se encuentra