Sabía bien que Maryam tenía razón, pero me daba temor de pensar que Kany me iba a rechazar o me daría la espalda a modo de venganza después de lo que hice. Al final de cuentas es lo que haría cualquier mujer al verse humillada de esa manera.
—Bueno, te dejo a solas para que puedas pensar en cómo salir de este reguero en el que te has metido de cabeza. Espero que esa maceta te dé una buena idea para convencer a tu esposa, así como te da malas ideas para meter las patas y todo tu cuerpo completo en el barro.
Maryam se fue y me quedé aún más perdido de lo que ya estaba, evidentemente Kany no quería saber nada de mí y no la culpaba, al final de cuentas me había portado más que fatal con ella y merecía todo su desprecio.
No pude descansar apropiadamente, cada vez que cerraba los ojos podía ver la mirada de decepción de Kany y esto era algo que me hacía imposible que pudiera dormir.
—En serio que soy un idiota —golpee mi cabeza con la almohada —¿En serio no le podías decir otra cosa? Pinche