"Posición asegurada", dijo Elias por la radio. Su voz era firme y tranquila, a pesar de la tensión que se sentía en el aire.
"Estamos en posición", dijo Callum mientras observaba el patio. La mansión se alzaba imponente sobre el paisaje, con sus altos muros como una fortaleza inquebrantable. Pero Callum sabía que no era así. No existían fortalezas impenetrables, al menos no cuando él tenía el control.
Respiró hondo y miró alrededor de la mansión. "Es ahora o nunca", dijo en voz baja, apretando el arma que llevaba a un lado. Tocó el frío acero con las yemas de los dedos y pensó en Juniper por un momento. Esto es por él y por nuestro hijo.
Los hombres y mujeres que lo rodeaban estaban listos para partir. Pero no podía ignorar la sensación de que algo no iba bien.
"A mi señal", dijo Callum en voz baja pero firme. El resto del equipo asintió al mismo tiempo.
Callum echó un último vistazo a las ventanas de la mansión mientras se encontraban en el borde. Estaban oscuras, silenciosas y ocult