"Juniper", la voz al otro lado era baja y asustada. Callum era el indicado. "Es Sophie... Se ha ido. La tienen".
Las palabras la impactaron como un puñetazo en el estómago, y por un instante, el tiempo se detuvo. Sophie, su mejor amiga, estaba embarazada de un niño que no podía gritar pidiendo ayuda. Se había ido.
"¿Qué quieres decir con que se había ido?", preguntó Juniper, intentando calmar la respiración. "¿Quién se la llevó?".
La voz de Callum estaba tensa por la ira y la presión de tener que actuar con rapidez. "No lo sabemos, pero dejaron una nota. Tienen al bebé y a Sophie. Y el tiempo apremia. Si no hacemos algo pronto..." Dejó de hablar, pero era evidente lo que quería decir.
Callum continuó: "Tenemos que actuar rápido", y su voz se hizo más fuerte, con un propósito.
Los pensamientos de Juniper corrían a toda velocidad. Sophie estaba asustada, pero ahora había más en juego. Ya no se trataba solo de su amiga; se trataba de una joven inocente que tenía pocas posibilidades contr