—Has ido demasiado lejos, Celia —la voz de Callum era fría, y cada palabra estaba cargada de años de ira que nunca había sido afrontada—. Sé que hiciste esto.
Celia se sentó frente a él, con aspecto sereno, acariciando el borde de su copa con los dedos. No se movió. Su sonrisa se mantuvo serena, pero había un brillo en sus ojos que decía que sabía lo que estaba pasando.
—Ay, Callum —comentó con una dulce risa, con la voz llena de humor—. Siempre pensaste lo peor de mí.
Tenía los puños apretados a los costados. —¡Deja de mentir! Has estado a cargo del arresto de Elias y te has estado metiendo con mis socios. —Ya es suficiente.
Celia se recostó en su silla y sonrió levemente, casi sin darse cuenta. "¿De verdad crees que es tan fácil, verdad? No sabes lo que haces."
La ira de Callum aumentó, pero la contuvo. Su respiración era superficial mientras la miraba fijamente.
"No te tengo miedo, Celia", declaró en voz baja y amenazante. "Pero tú deberías tenerme miedo a mí."
Su risa fue superfic