"Has estado jugando con mi vida", siseó Callum, en voz baja y peligrosa. "Quiero respuestas, Rhett".
Rhett no se movió. Revisó con indiferencia los papeles de su escritorio, como si la pelea no importara. Se enderezó con un rápido movimiento de muñeca y miró a Callum a los ojos, con una mueca de desprecio en los labios.
Rhett dijo con voz suave: "No sé de qué hablas", con una voz que rezumaba falsa inocencia.
Callum tenía los puños apretados a los costados y apenas podía contener la ira. "He estado recibiendo amenazas sobre Juniper de las que no sé quién son. Sobre nuestro hijo. Y sé que tú lo hiciste".
Rhett se recostó en su silla, cruzó una rodilla sobre la otra y mantuvo una sonrisa burlona. "¿Es cierto? ¿De verdad crees que soy yo quien hizo todo esto? —Eso es un poco... exagerado, ¿no crees?
Callum respiraba con dificultad, pero pronunció las palabras con los dientes apretados. Deja de fingir. Ha pasado demasiado tiempo desde que manejas los hilos tras bambalinas. «Ahora estás ju