Al abrirse las puertas del ático, el único sonido era el suave zumbido del ascensor. Rhett Dane salió, y su alto cuerpo se perfilaba con fuerza contra los ventanales. Su traje ajustado le sentaba como una segunda piel, y su cabello oscuro estaba cuidadosamente peinado. Su mandíbula era tan afilada que cortaba cristal. Desprendía un aire de control, autoridad e indiferencia planificada en todo lo que hacía.
Había estado observando a Callum durante semanas, estudiándolo y esperando el mejor momento para atacar. El joven era un hombre engreído y tenía toda la autoridad e influencia que necesitaba. Y Rhett nunca desaprovechaba una oportunidad.
Cruzó la gran sala, contemplando la vista de la ciudad. Callum podía estar en la cima por ahora, pero las cosas cambiaban tan rápido que a Rhett no le costaría mucho vencerlo.
Rhett sonrió para sí mismo. Siempre había una forma de entrar, incluso para el imperio más fuerte. Siempre había una debilidad en los cimientos. Callum estaba demasiado seguro