VICTORIA:
Cuando desperté, la luz que entraba por las ventanas me hizo cerrar los ojos. Me tomó unos segundos recordar dónde estaba y, sobre todo, qué había sucedido la noche anterior. La cama estaba vacía a mi lado; las sábanas frías indicaban que Ricardo se había marchado hace tiempo.
Me incorporé lentamente, sintiendo un arrepentimiento muy grande. ¿Qué había hecho? Los recuerdos de la noche anterior me golpearon con fuerza. Todavía sentía en mi piel sus besos, sus caricias, la forma en que me había hecho suya... Todo parecía ahora como un sueño lejano. Me levanté mecánicamente y me dirigí al baño; el agua caliente recorrió mi cuerpo, donde las marcas eran testigos mudos de lo que había sucedido. Me vestí mecánicamente, retrasando lo inevitable. Tendría que bajar