"Después de la tormenta viene la calma".
Rebecca escucho ese dicho un sinfín de veces en su vida y nunca le pareció tan cierto como ahora.
Para ella, Charles era su tormenta, una arrasadora que la iluminó momentáneamente para luego retorcerla y hundirla bajo una montaña de tierra, volcando todo su mundo de cabeza, pero de igual manera, la había rescatado y lavado con agua fresca y ahora hacía brillar un precioso arcoíris en su vida sobre un cielo despejado y hermoso.
No era perfecta su vida, todavía le costaba mucho acostumbrarse a las muchas manías de su esposo, pero había aprendido a valorarlas y verlas como lo que eran, la manera de Charles de cuidarla y demostrarle lo importante que ella era para él, aunque a veces se sintiera asfixiada por la sobreprotección, esperaba que, cuando nacieran sus bebés, todo cambiara un poco para mejorar y pudiera tener más libertad.
Por ahora, Charles no la dejaba ir sola a ningún lugar, incluso si salía con Johanna y Donna, debía ir acompañada de l