Los días se volvieron grises y se sumergieron en una rutina que ninguno de los tres amigos quería vivir.
El más afectado de todos era Julian, ya completaba varias semanas sin Donna y estaba perdiendo poco a poco la razón. Había bajado considerablemente de peso, el trabajo estaba abandonado por completo y su rostro evidenciaba las ojeras marcadas y oscuras, señal de su lenta agonía.
Todo fue a peor cuando el padre de Donna comenzó a buscar insistentemente a su hija y en medio de su desesperación por dinero, terminó por contarle acerca de los chantajes y el supuesto compromiso de su hija. La furia descontrolada lo llevó a golpearlo y si no fuera por Ryan que lo detuvo, la cosa hubiera escalado. Él de verdad quería matarlo.
Le estaba echando toda la culpa a ese asqueroso hombre, porque esa fue la razón de que Donna terminara con él y se alejara de su cuidado, además de que también fue debido a eso que ella no viajó con Johanna y Rebecca ese día, si lo hubiera hecho, su preciosa chica est