Era fin de semana. David se quedó a pasarlo con su hijo, bueno, ese era un lindo pretexto para estar cerca de su amada y ver como ella se desvivía por complacerlo con tal de obtener su perdón.
—Mi hermano quiere venir a jugar con su sobrino. Sabes que él está muy feliz de que mi hijo lleve su nombre.
—Dile que no.
Soltó de golpe.
—¿La razón?
—Bueno, es que… hace tiempo que no estamos los tres y hay que aprovechar este momento.
Respondió nerviosa. Le daba náuseas la idea de volver a estar cerca del hombre con el que tuvo sexo en secreto.
David aceptó, le dijo a su hermano que sería en otra ocasión y, aquel lo entendió.
Mardeli cocinó la comida favorita de su hombre, hizo postres, se ofreció a hacerle masaje en la espalda mientras el niño estaba durmiendo, ella estaba loquita por volver con ese hombre y así se lo demostraba.
David solo la observaba y aceptaba todo lo que ella le ofrecía. Pero más tarde ya la miraba muy cansada y no se detenía, entonces intervino. Le pidió que se acost