Finalmente mi suegra se compadeció de su hijo y dejó de avergonzarlo delante de mí.
—Tienes suerte, no te castigo más duro porque te adelantaste a contarme el motivo por el que decidiste alejarte de ella. Y, bueno, también porque me acabas de dar la mejor de las noticias, ¡voy a ser abuela!
Esta familia es toda rara, la madre acaba de estar golpeando a su hijo muy enojada y de repente está sonriendo feliz.
—Si mamá, serás abuela y de dos pequeños.
Le suelta de golpe.
—¡Qué! Cárlenton, no me digas que tienes embarazada a otra también, porque si es así, no la acepto. Aceptaré al bebé, pero para que viva contigo prefiero a Dayana.
Expresó la señora, ja, ja, yo sonreí internamente. Tengo de mi lado a la suegra, su estúpido hijo no podrá contra mí, ni siquiera cualquier amante que se atraviese en mi camino tendrá la oportunidad de destruirme.
—Ja, ja, ja. No, mamá, cálmate, deja que termine de hablar.
No hay ninguna otra mujer embarazada, tu linda nuera frente a ti, está preñada de ge