Cap. 71

Testarudo lobo

Hilda apreciaba al esposo de su hija, pero manejaba todo con mano dura y a veces rayaba lo cruel, aunque su hija, Isadora pensará que lo ocultaba bien. Había tristeza en sus ojos y en la comisura de sus labios de la que ella no se podía deshacer.

Hilda siempre pensó que Tyler no iba a ser así, pero sabe que hay problemas en la casa por lo que los empleados cuentan y es por eso que está aquí. No piensa dejar que se repita la historia o que su nieto deje ir a una chica tan maravillosa por ser un tonto y testarudo lobo.

—Yo me retiro a mi habitación —dijo Hilda luego de comer y tomar café con Clara y Tyler.

Clara vio por primera vez al alfa sonriendo abiertamente y los hombros relajados, su abuela Hilda lo hacía reír y tomar regaños como si tuviera cinco años y era una faceta del alfa que ella jamás se hubiera imaginado.

—¿Quieres que te acompañe a tu cuarto? —ofreció Tyler ya levantándose.

—No, sé cuál es mi cuarto. No estoy senil, Tyler —se queja la anciana con c