A MERCED DEL DINERO. C74: ¿Tan mala persona crees que soy?
Después de retomar su amistad, Marfil y Richard comenzaron a verse con frecuencia nuevamente. Sus encuentros en la biblioteca se volvieron habituales, donde pasaban el tiempo conversando sobre libros, intercambiando opiniones y, de vez en cuando, compartiendo risas sobre anécdotas cotidianas. También se dedicaban a actividades más dinámicas, como jugar al baloncesto juntos en la cancha del colegio, siempre bajo la apariencia de una amistad inofensiva y sin compromisos.
Sin embargo, Marfil era completamente consciente de lo que hacía. Se movía con cuidado, como una estratega en un tablero de ajedrez, utilizando su carisma y su aparente inocencia para avivar los sentimientos de Richard. Cada gesto, cada sonrisa, cada palabra, estaban cuidadosamente calculados para mantenerlo interesado, para sembrar en él un deseo cada vez más profundo sin que se diera cuenta de su juego.
Pasaron los días, y un sábado por la noche, Marfil decidió contactar a Lucas. No habían hablado durante la semana y