A MERCED DEL DINERO. C232: ¿Por qué lo llamas una desgracia?
Días más tarde, llegó finalmente el momento de mudarse. Apenas Richard recibió su primer salario, lo utilizó para hacer el depósito inicial de la vivienda. Fue así como dejaron atrás la mansión para instalarse en una casa modesta, de espacios estrechos y estructura sencilla.
El cambio era drástico, imposible de ignorar, pero ambos sabían que era un paso necesario en esa nueva etapa de sus vidas. Aun en medio del caos de cajas, muebles por acomodar y pertenencias amontonadas en los rincones, Richard debía seguir con sus clases. Su rutina se dividía entre los estudios y el trabajo; salía de la universidad para dirigirse directamente a su jornada laboral, y apenas tenía tiempo libre. Aquel día, sin embargo, logró encontrar un respiro en su agenda para dedicarse a organizar junto a Marfil los espacios de su nuevo hogar.
Mientras él intentaba colgar unas cortinas en la pequeña sala, un golpe en la puerta interrumpió el silencio. Marfil, que se encontraba doblando ropa en la habitación, fu