¿Podía decirle que no a su jefe? Bueno, Andrew parecía un hombre sensato, e incluso acababa de disciplinar a su hija con tacto y sin parecerlo, pero… ¿una excursión? ¿De verdad un CEO tan de clase alta como él quería ir a un evento tan mundano?
Hannah pasó la vista de su hija a su jefe varias veces. La primera se mostraba ansiosa y expectante, como toda niña que espera vivir una aventura; el segundo… ¿era curiosidad lo que veía en sus orbes marrones?
Sabiendo que no podía equivocarse, al final dio un suspiro y cedió.
—Está bien, señor Cook, si quiere ir de excursión, puedo pedirle a la maestra que lo incluya en el programa.
—¡Wiiii, síííí! ¡Victoria! &i