El tiempo no perdonaba, y ellos eran la auténtica prueba de ello. Estuvieron juntos toda su vida desde el primer momento. Cuando la célula se dividió en el interior de sus madres, crecieron uno junto al otro, se formaron, se sintieron, y desde entonces, aunque pudiera sonar extraño, y aunque pasaran algunos días de por medio, lo hicieron todo juntos.
El día que lo perdió, fue como perderse a sí mismo.
Bajaron de la camioneta y encontraron a una Alana sonriente a la espera; junto a ella se encontraba su asistente, que tenía un ramo de flores entre manos.
—Mamá, buenos días —murmuró Andrew y sonrió.
—Feliz cumpleaños, mi niño —saludó ella y le dio un pequeño abrazo, cuidando no incomodar al pequeñito que él traía entre brazos.
Hoy era el cumpleaños de Andrew, lo que quería decir que era el cumpleaños de Antony.
Alisson y Justin llevaban pequeños ramos en una de sus manos, y sostenían las de Hannah con la otra. Todos se reunían esa mañana en el cementerio para hacer una visita al cumplea