Elizabeth dejó pasar a Paulina y cuando entró, tanto Alexander como los hijos de Diana se la quedaron mirándola con curiosidad.
—Es una visita de vuestra tía Elizabeth, ni se les ocurra hacer nada raro —graznó Alexander echándole una mirada amenazadora a sus hijos.
Elizabeth se sintió muy querida en ese momento, al parecer acababa de ganar cinco sobrinos, muchas personas que la apoyaban y tenía de vuelta a su esposo.
Aquello debía significar algo bueno y no iba a permitir que Paulina se lo arruinara.
—El bebé que llevas en brazos… —Elizabeth se dio la vuelta para mirar a Paulina y su cuñada señaló a Andrew—. ¿Es mi sobrino? ¿Podría cargarlo?
—No puedes —respondió Bastian con rapidez y se lo quitó de los brazos tomándolo de forma protectora entre los suyos.
Después se acercó a Alexander y se lo dio a él para que lo cuidara.
El rostro de arrepentimiento de su cuñada era muy creíble y de verdad se veía a punto de llorar.
Era una excelente actriz.
—Acabemos cuanto antes, hablemos en… —Mir