••Narra Alexander••
Jamás imaginé que vería a mi hermano llorar. Nunca, en todos mis años de vida, vi a Arthur derramar una lágrima, ni siquiera cuando era un niño. Y verlo llorando sobre el cuerpo de su madre, me destrozó. Me hizo sentir como la mismísima mierda.
Yo tenía que hacer que Rebecca y Christopher pagarán por lo que hizo, pero para eso, esto debía de ocurrir. Y yo decidí seguir con el plan, permitir que esto pasara, porque puse mi venganza por encima del sufrimiento de mi hermano. Y eso me convertía en un miserable. Y aún así, a pesar de la culpa, también me encontraba con el final que tuvo aquella mujer que se dedicó a manchar la felicidad de mi infancia, llevándose a mi inocente madre a base de venenos y engaños.
Rebecca fue declarada con muerte cerebral una hora después del accidente. Lo único que la mantenía en este mundo eran los tubos conectados a su cuerpo. Una vez que la desconecten, morirá en su totalidad.
—Arthur —dije, con la voz extrañamente temblorosa.
Me se