Entré en la mansión sin permitir que me anunciarán. Mandé a la sirvienta que me recibió a la dirección contraria, para asegurarme que no me presente ante el hombre insensible que se refugiaba en su mansión embrujada en lugar de ir a ver a su esposa al hospital.
Por supuesto, los noticieros hablarían de esto y daría más firmeza a su culpabilidad. Ya lo tenían entre cejas por su actitud en el hospital el día en que me dispararon. Pero no sé atrevían a juzgarlo en voz alta porque seguía siendo un Westwood y le debían mucho a esta familia.
Pero después de lo que pasaría hoy, verían el apellido Westwood con otros ojos. A mí no me interesaba la reputación. Al menos, no como a él. Christopher vivía de la reputación, respiraba por la reputación y mató a mi madre por su maldita reputación.
Él caerá, el apellido Westwood se manchará, pero la justicia por fin llegará a las manos correctas.
Podía vivir sin la reputación intachable de nuestro apellido, pero los ciudadanos no podían vivir