••Narra Alexander••
La atrapé justo a tiempo, cuando su visión se desvaneció.
La estreché contra mi cuerpo, sin importarme la punzada de dolor que atravesó mi herida.
—¡Alexander! ¿En qué momento apareciste? —gritó mi hermano, pero no le presté atención.
—¡Denle espacio! ¡Están ahogando a mi mujer! —Les grité, tomando a Kiara por la parte inferior de los muslos para después levantarla.
Sentí la presión en los puntos, pero lo ignoré. Esos incompetentes no la estaban priorizando.
—Deja que yo la lleve, Westwood. Tú estás malherido —ofreció Vinicius, estirando sus brazos, pero me aparté.
—No, yo la pongo en la camilla —hablé con los dientes apretados, pasando junto a los presentes—. Se tenían que hacer cargo de ella y miren en el estado en que se encuentra. Si algo grave le pasa a ella o a mi hijo, los mataré a todos.
—¡Está en ese estado porque estaba preocupada por ti, idiota! Si ya te habías encargado de todo, al menos debiste mandarle un mensaje.
De todo…
Fue difícil hundir un