••Narra Kiara••
—Estoy bien. Muchas gracias —Le dije a la quinta enfermera que se acercó a mí.
Ya me habían revisado, me colocaron una intravenosa y solo me quedaba esperar a mi esposo, quién no llegaba.
Me quedé dando vueltas por la sala de espera, sintiendo la impaciencia en lo más profundo de mi estómago.
Alexander había sido herido de bala. Y por más que le hayan cauterizado la herida, seguía siendo grave. Nunca he visto que una persona, después de recibir una bala en el pecho, esté andando por la ciudad como si nada. ¡Reposo, eso era lo que necesitaba!
—Señor Westwood, por favor, tenga paciencia —Escuché decir a una enfermera.
¡Señor Westwood!
Seguí la voz de la mujer y pasé la puerta de la sala de espera, saliendo al exterior. No había ambulancia ni estaba mi esposo por ningún lado. En su lugar, se encontraba el mismísimo Christopher Westwood, discutiendo con una enfermera.
Del otro lado de la calle, había una cantidad excesiva de reporteros, detrás de una