Y de una forma que no entendía, terminé en una habitación de hospital distinta, con todos los implementos necesarios para curar la pequeña herida del señor Vinicius. Era Sorprendente la facilidad con la que consiguió la habitación y los implementos. No creía que fuera muy legal que una persona sin título en el área de salud pueda tener acceso a esta clase de herramientas en un hospital.
El hombre se mantuvo en silencio en todo momento, incluso hasta que terminé.
—Kiara, ¿sabes por qué estoy aquí? —preguntó de pronto.
Pensé en responderle, pero no lo hice. Las palabras no salieron de mi garganta.
—Quiero ser parte de tu vida, como tu padre. Sé que ya eres una mujer adulta y me he perdido muchas etapas importantes de tu crecimiento, pero un padre es primordial para toda hija a cualquier edad. Yo no sabía que existías, Kiara. De lo contrario, te prometo que hubiera estado contigo desde el primer día. Fuiste expuesta a mucho sufrimiento por mi ausencia, pero no te volveré a fallar. Eve