••Narra Vinicius••
No pensé que volvería a verla después de haber abandonado la ciudad y jurar jamás regresar. Prometí olvidarla a ella, olvidar su engaño, su mentira. Dejarla vivir con su esposo. Y esa decisión me costó veinticuatro años de una hija que no sabía que tenía. Mi única hija.
Cuando conocí a Evelyn, era una joven que estaba sola, desamparada. No tenía a nada ni a nadie, según me dijo. Por un segundo, me vi reflejado en ella. Acababa de pedirle el divorcio a mi esposa porque la descubrí siéndome infiel con un empleado. Su excusa fue decir que pasaba demasiado tiempo trabajando, y debo de admitir, si lo hacía. El trabajo era mi primera esposa para mí, pero si tan miserable era al vivir conmigo, con mi frialdad, solo tenía que decirlo y nos divorciábamos. Pero era una avariciosa. Se quejaba de mi trabajo, pero disfrutaba de los lujos que lo acompañaban.
Se rehusaba a firmar el divorcio, pero al final tuvo que ceder, por más que no quería. Le dejé la mansión y viajé a