Sus dos manos sostuvieron a aquella criatura, los pequeños ojos la miraron con asombro y admiración. Reconoció esa carita, parecido al rostro del personaje que permanecía acostado en aquella fotografía de la sala de su casa.
–Bebé, te pareces a tu abuelo -Era como si aquel hombre el cual había admirado reencarnaba en el pequeño que salió de su vientre.
-¿Cómo se llama? –Le preguntó la doctora con un cuaderno de anotaciones en la mano.
-Leander, le podré Leander Alberto –dijo Marián honrando el nombre de su padre y de su ex esposo.
-De acuerdo. Ya tenemos todo el registro listo y tu niño está sano ¿Quién viene a buscarte?
-Mi mamá y mi prima. Ya deben estar por llegar.
-De acuerdo, puedes desocupar la habitación cuando gustes –dijo la doctora y se aproximó hacia el pasillo después de cerrar la puerta.
Alberto no vino. Ni siquiera puede dejar un día su trabajo para poder ver a su hijo -Dijo Marián a manera de decepción. Recogía sus cosas cuando le dieron de alta.
Minuto