Mundo ficciónIniciar sesiónRetiro lo de que no tendría que haberme levantado.
Definitivamente.
El ensayo fue el mejor de los últimos meses, desde que se nos uniera Mario.
Le dimos a Mariano Ibáñez el tour completo por nuestras casi veinte canciones en distintas etapas de arreglo y el tipo quedó satisfecho.
Mariano tiene cuarenta y dos años y es un oso: grandote como jugador de rugby, con el pelo oscuro que le cae lacio y tupido hasta los hombros, tapándole un poco la cara, bigote y barba de varias semanas, los pelos del pecho asomándole por encima del cuello de la camiseta. Usa lentes bastante gruesos entre el mundo y sus ojos oscuros y grandes, a la sombra de unas cejas gruesas. Pero se mueve como uno de esos nerds flacuchos y lampiños que uno asocia con laboratorios y computadoras.
Observador, inteligente, habla con suavidad y cierta lentitud, para no dar lugar a malentendidos. De lejos se le nota que es un tipo sensible, que hubiera destrozado corazones con un violín o un







