“Lamento lo de ayer. Me tomó todo tan por sorpresa que no sabía cómo reaccionar, ni qué hacer al respecto. Imagino que cuanto podía hacer era mostrarme bizarra y tonta. Intentar alejarte, con la esperanza de que me dieras la espalda y yo dejaría de sentir este vínculo tan extraño entre nosotros. Como sea, ya sucedió. Para que no extrañes mis devaneos, te diré que no creo que las cosas sucedan siempre al azar, de modo que lo que me toca es aprender a lidiar con esto, me guste o no. Ya sabes dónde encontrarme, pásate cuando quieras.”
Resultó una suerte que Cecilia le dejara ese mensaje, porque Stu estaba ocupado leyéndolo cuando sonó su teléfono. Atendió sin dejar de leer, y le tomó varios segundos reaccionar al reconocer la voz de Jen.
—Hola, Stu, soy yo.
Se quedó helado, incapaz de articular palabr