Mundo ficciónIniciar sesiónRay no me atendió por teléfono sino en su tablet, que tenía apoyada contra algo para mantenerla parada. Estaba en una habitación acustizada, con guitarras colgando hasta del techo y varios amplis de coleccionista. Me saludó sentado a un par de pasos con una Gibson de museo sobre sus piernas.
—Hola, pendeja, tanto tiempo —dijo, alzando la vista de las cuerdas para sonreírme, sin dejar de tocar arpegios más bien al azar.
—Sí, lo siento, sé que he estado desaparecida en acción.
—Suele sucederle a las estrellas en ascenso. Ya sabes, se olvidan de los amigos.
—Que te den.
Cumplido el ritual del saludo jocoso, me pregunté cómo mencionarle el festival. Sería la primera vez que hablábamos de vos. Pero Ray me ahorró el trámite de una forma más bien sorpresiva.
—Estaba esperando tu mensaje, ¿sabes? —Vio mi expresión y volvió a sonreír—. Stu me llamó un par de minutos antes de que me escribieras, para preguntarme por ti. Dijo que por primera vez en tod







