196

Claro que estábamos nerviosos. Estábamos muertos de miedo.

Habíamos piloteado el set de la tarde y habíamos obtenido una respuesta tibia de los que se acercaran a escucharnos. Pero nada más. Lo cual nos tenía… no, me tenía aterrorizada.

Cristian había tenido la bondad de informarnos que había sesenta y cinco mil personas en el Aeródromo esa noche. Me temblaron las rodillas y tuve miedo de que me bajara la presión al escucharlo.

De pie a un costado del escenario a oscuras, tratando de ignorar los retorcijones de pánico, recordé otra cosa que me Cristian dijera esa misma tarde.

Después de tocar me había ido sola al micro, con la excusa de tratar de dormir un rato. Y a los cinco minutos, cuando apenas terminaba de cambiarme, apareció Cristian, mate y termo en mano. Se me sentó al lado sin pedirme permiso, me ofreció un mate y no lo soltó hasta que lo enfrenté.

—No te voy a preguntar qué te pasa ni te voy a consolar como anoche —dijo con su acento brusco, siempre un poco pedante—. No me i
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP