Mundo ficciónIniciar sesiónAl día siguiente no teníamos reserva en San Telmo, pero estábamos tan entusiasmados con lo de Diego que decidimos juntarnos en lo de Jero, como solíamos hacer los miércoles antes de firmar contrato con Vector. Fue una tarde excelente. Ensayar con Diego siempre era divertido y productivo por igual, y a los cuatro nos costó dar por terminada la juntada.
Pero era mi última noche sola con vos, porque Nahuel y los Finnegan volvían a Buenos Aires el jueves a la tarde, y su llegada era como entrar en la previa de la gira. Así que volvimos a salir a caminar, y como estábamos cerca de Plaza de Mayo, nos metimos a comer en el Clover, con intenciones de quedarnos a tomar una pinta de sobremesa. Brian escaneó el lugar con sus ojos de rayo láser y se ve que lo consideró seguro, porque acordó con vos que nos pasaría a buscar en dos horas.
Cenamos mientras me contabas anécdotas de los primeros años de Slot Coin, haciéndome reír hasta las lágrimas. Seguías del mismo buen humor distend







