Antes de que pudiera terminar, Noah, sentado en el asiento del copiloto, se inclinó de repente hacia ella. En un movimiento inesperado, la sujetó y la besó con fuerza. Sus labios chocaron en un gesto intenso, cargado de emociones reprimidas, dejando a Serena sin aliento.
Los ojos de Serena se abrieron de par en par, la sorpresa nublando su mirada. Observó el rostro de Noah, con los ojos cerrados, completamente entregado al momento. Aquel gesto arrollador, fuera de lugar y tan brusco, le provocó una sensación extraña… incluso de repulsión. Su mente se dividía entre el impacto de la acción y la incomodidad que le causaba la repentina cercanía de Noah.
Ella no recordaba nada; todas sus palabras eran mentira. Pero Noah era la única pieza que necesitaba para su plan.
Después de lo que pareció una eternidad, Noah se separó lentamente. Serena fingió vergüenza y bajó la cabeza.
Mientras la observaba, Noah sintió cómo su corazón se llenaba de emociones encontradas. Tomó la mano de Serena y mur