Qué curioso. Después de todo lo que hablaron esa tarde, ¿por qué la estaba llamando tan pronto?
Rubí contestó con voz neutra.
—¿Sí?
La voz de Eva sonó cautelosa al otro lado de la línea.
—Rubí, ¿puedes venir a casa? Tu padre quiere hablar contigo personalmente…
Rubí se quedó en silencio un momento. ¿Personalmente? Eso era nuevo. Hasta ahora, Efraín no había hecho ningún intento de comunicarse con ella directamente. ¿Acaso las acciones que había tomado ya habían comenzado a afectarlo...?
—Si no está de acuerdo, deberían respetar su decisión —dijo fríamente.
—No es eso… —la voz de Eva se quebró apenas—. Rubí, solo ven. Hablaremos cuando estés aquí, ¿de acuerdo?
Rubí apretó los labios. La amargura en la voz de su madre adoptiva parecía sincera... pero eso no bastaba para que bajara la guardia.
—Bien, entonces... —comenzó a decir Rubí.
—Ven esta noche —insistió Eva del otro lado de la línea—. Rubí, cuanto antes resolvamos esto, mejor.
—De acuerdo. Solo déjame terminar unos asuntos —respon