Rubí se quedó en silencio, reflexionando, y finalmente asintió levemente.
—Está bien, entonces así será. Pero, señora Thompson, debe tener cuidado de no revelar nada. Además, no quiero decepcionar a la señora Jensen. No le diga la verdad por ahora. La conozco, y no quiero que piense que intento usar esto para obtener algún beneficio. Invente una excusa para regresar y, cuando lo haga, busque la oportunidad de tomar un mechón de cabello de la señora Jensen y tráigamelo. Entonces haremos la prueba de ADN, y los resultados… dependerán del destino.
Al mirarla, Sherry no pudo evitar sonreír y asintió.
—Está bien, te escucharé.
Rubí guardó silencio unos segundos antes de preguntar:
—Por cierto, señora Thompson, ¿cómo consiguió mi número de teléfono?
Recordó que nunca se lo había dado. Su restaurante era un modesto local de pasta y mariscos, sin necesidad de membresías ni registros. ¿Cómo podía tener su número? El día anterior, Sherry había dicho que se lo contaría más tarde, pero Rubí aún n