Capítulo 3: Noticia

Al llegar a la nueva ciudad Emma buscó usar el poco dinero que tenía para rentar un cuarto y al mismo tiempo buscó un trabajo.

Por suerte sabía hacer un poco de todo, así que rápidamente encontró trabajo como camarera de piso en un hotel y con esa paga logró encontrar una rutina estable en su nueva vida.

De esta manera pasaron 3 meses, donde Emma aprovechó a empezar una nueva vida y acostumbrarse a su nuevo ritmo, aunque a veces se sentía un poco enferma o cansada, pero lo atribuía al esfuerzo que estaba haciendo en su nuevo trabajo, ya que a veces hacía doble turno.

Era una mañana tranquila y en esos momentos ella junto con otras compañeras, estaban en su hora del almuerzo.

- Oye Emma – le llamó su jefe, al ver que ella regresaba de comer.

 - ¿Si?

- Necesito que prepares la habitación VIP porque en la noche llega un cliente importante – dijo pasándole la llave de esa habitación – pide al de bodega los artículos especiales.

- Okey – mencionó ella tomando la llave para ir a buscar las cosas que colocaría en la recamara.

- Wa… que suerte, ese cuarto es mi favorito – le comentó una de sus compañeras mientras ambas preparaban sus carritos.

- Lo sé, tiene una buena vista de la ciudad – mencionó ella acomodando las toallas limpias en su carrito - bueno vamos porque ese cuarto debe estar listo y tiene que aprobarlo el jefe, para que pueda irme – opinó avanzando hasta el elevador para ir al cuarto que le asignaron para empezar a arreglarlo.

Mientras acomodaba las toallas y las doblaba para hacer una figura, vio que uno de sus compañeros ingreso a la habitación.

- ¿Cómo vas guapa?

- Bien, ya estoy por terminar – habló mostrando que terminaba de doblar las toallas para colocar en el tocador.

- Adoro tus figuras – mencionó su compañero – por cierto me mandaron esto para la mesa – habló mostrando su carrito con una canasta de frutas y un florero con algunas orquídeas.

- Que lindo arreglo, en ese caso ya llamo a mi jefe para que venga a aprobar el lugar.

- Vale – dijo mientras se giraba a acomodar las cosas en lo que ella llamaba por teléfono - oye ¿estas libre en la noche? – le preguntó cuándo termino la llamada.

- Si ¿por?

- ¿Quieres ir al cine conmigo? – preguntó sacando de su bolsillo dos entradas para la función de la noche – es que no quiero ir solo a ver esa película de miedo.

- Claro, yo te acompaño.

- Va, entonces nos vemos en la salida – le dijo guiñándole el ojo antes de retirarse para regresar a sus deberes de la cocina.

Emma rio al ver las intenciones de su amigo y a las 5 minutos llegó su jefe para inspeccionar el lugar.

Con la aprobación, ella siguió con su jordana laboral de forma calmada y ordenada; al terminar su turno acompaño a su amigo al cine.

De forma paralela el hotel estaba buscando tener todo listo porque llegaría una persona muy importante y todo debía estar perfecto.

Como era un alfa súper importante, se organizó que ese día todo el personal humano estuviera trabajando en el primer turno para evitar algún problema con el huésped.

Justo cuando el reloj marcó las 7:30pm un automóvil deportivo llegó a la entrada del hotel.

Del auto bajo un alfa de cabello negro y ojos color esmeralda, el cual miraba algo aburrido el lugar siendo acompañado por dos guardaespaldas.

En eso vio que uno de los trabajadores se acercaba para ayudarlo con su maleta y otro tomaba las llaves del auto para ir a estacionarlo.

- Que alfas más patéticos – opinó con arrogancia el pelinegro antes de ingresar al lobby del hotel.

 - Señor Christopher Grosso, es un honor tenerlo en este humilde hotel – le saludó el gerente.

- Si, como digas ¿ya tienes lista mi habitación? – le habló aburrido.

- Si señor, ya todo está en orden y ahora el botones lo llevara a su suite.

- Bien – dijo aburrido encaminándose al elevador para ir a descansar, mientras que uno de sus guardaespaldas tomaba la llave y el otro completaba el registro de las habitaciones que pidieron.

Christopher dejo escapar un suspiro, habia llegado a ese lugar de forma rápida, solo para descansar, porque tuvo un día difícil atendiendo algunos negocios importantes que le garantizarían que pronto derrocaría a su primo Cedrid y así poder derrocarlo del poder.

Aunque esos planes de descansar se vieron truncados al ingresar a la habitación y sentir ese ligero aroma peculiar… ese aroma que el odiaba mucho, provocando que frunciera el ceño y justo cuando estaba por gritar y quejarse recordó que eso era imposible porque él no se alojaba en esos lugares… entonces ¿por qué en esa habitación podía sentir el ligero aroma de su primo?

- ¿Pasa algo señor? – preguntó el botones que le habia acompañado y habia acomodado las malteas, pero noto que el alfa no ingresaba a la recamara.

- ¿Quién estuvo aquí?

- ¿Eh?

- Responde imbécil – dijo gruñendo y mirando a los ojos.

- Am… yo… yo no sé, señor.

- Pues averígualo ¡llama al gerente ahora mismo! – le ordenó frunciendo el ceño.

- S… Si… - el botones paso corriendo para ir a cumplir esa orden.

Por su parte, el guardaespaldas que lo acompañaba noto extraña esa actitud, por lo que de forma discreta busco acercarse más a la habitación percatándose también de ese aroma, lo que significaba que tenía que reportar eso rápidamente a su rey y aprovecho que el gerente llego en esos momentos para mandar un mensaje en clave.

- Se… señor Grosso ¿pasa algo? – preguntó nervioso, ya que se suponía todo debía estar en orden.

- ¿Quién estuvo en esta habitación?

- Nadie señor, este lugar no ha sido ocupado desde hace un mes.

- … - Christopher frunció el ceño, porque el aroma especial de su primo estaba de forma sutil, como si hubiera estado en esa habitación… pero ese lugar era tan pobre que era ilógico que el rey se quedara en ese lugar.

Al pensar en cómo llego el aroma a ese lugar, recordó algo muy importante… ese algo que hizo el estúpido de Adrián: “logramos hacer que el rey se acostara con una humana”.

Eso era… por eso el aroma era muy sutil, que solo los alfas de alto rango podrían detectar: en ese lugar habia estado la humana que se acostó con su primo y todo indicaba que estaba preñada.

- ¿Quién arreglo la habitación?

- Am… fue una empleada y…

- Eso es obvio imbécil, lo que quiero saber es el nombre de ella.

- Ah, si… am… espéreme unos minutos y ya lo consigo - indicó el gerente pasando a tomar el teléfono de la habitación para llamar al jefe de servicio y un minuto después se terminó la llamada.

- ¿Y bien?

- El nombre de la empleada es Emma Gallo y descuide señor, mañana me encargare de echarla de aquí, porque le…

- ¿Por qué la vas a despedir? – le interrumpió frunciendo el ceño.

- ¿Eh? am… es que pensé que no le gusto la decoración y…

- Pues pienses y mejor pregúntame antes de especular - le regañó dejando escapar un suspiro – quería saber el nombre para felicitarla, es la primera vez que veo una decoración impecable – opinó ingresando y notando el detalle en cada objeto colocado en el lugar.

- Ah… entiendo.

- Mañana que venga a trabajar dile que deseo hablar con ella para “felicitarla por su gran trabajo” – mencionó sonriendo de lado.

- Comprendo señor y espero que igual me llegue a tocar algo de esa felicitación – indicó el gerente mientras se frotaba las manos.

- Lo pensare, ahora lárgate que deseo descansar – le ordenó empleando un tono de fastidio en su voz.

El gerente solo atino a reír de forma torpe y salir de la habitación despidiéndose.

- Mi señor ¿desea que busque a esa humana? – le preguntó el guardia.

- No, ella vendrá a mi mañana y sabes que es lo mejor de todo, que al ser yo quien la encontró no le debo nada a Adrián – indicó caminando por la habitación para abrir el bar y sacar una botella de wiski y servirse un poco – aunque debo compensarlo porque su plan fue exitoso y logro robarle su semilla a mi primo – declaró feliz alzando su vaso a modo de brindis – ese cachorro será mi pase directo al trono jajaja.

Ignorando lo que estaba ocurriendo en el hotel, en esos momentos Emma se despedía de su amigo ya que la función de cine habia terminado.

- ¿Segura que no quieres que te acompañe a casa?

- Descuida, tengo que ir a hacer unas compras al súper – indicó ella sonriéndole.

- Está bien, entonces hasta mañana.

- Hasta mañana – se despidió ella sonriéndole.

Al girarse para empezar a andar sintió unas horribles ganas de vomitar por lo que corrió de regreso al interior del cine para ir al baño.

Últimamente se habia sentido muy mal y tal vez ya era hora de ir al médico; así que, tras limpiarse la boca salió del baño a paso lento y apoyándose en la pared para andar.

- Creo que las palomitas estaban malas – se dijo a sí misma, pero de un momento a otro todo su mundo se volvió negro provocando que cayera desmayada.

Por suerte, ella no acabó en el suelo porque uno de los empleados del cine estaba cerca y la atrapo antes de que se golpeara.

El gerente del lugar vio eso y rápidamente llamó a una ambulancia para que le dieran apoyo médico a la joven, a quien llevaron al hospital más cercano.

 A la mañana siguiente Emma despertó un poco desorientada, sintiendo una ligera sensación de déjà vu por lo que busco sentarse rápidamente percatándose que estaba vestida , por lo que dejo escapar un suspiro de alivio y al analizar el lugar noto que estaba en una cama de hospital.

- Veo que ya despertaste ¿cómo te sientes? – en eso vio que un médico se acercaba a ella.

- Creo que ya mejor, pero ¿qué me paso?

- Te desmayaste en el cine y el gerente llamo a una ambulancia, la cual te trajo aquí.

- Ya veo… creo que me hicieron mal las palomitas.

- Puede ser, pero tras analizarte descubrimos la verdadera causa de tus síntomas.

- Adivinare ¿gastroenteritis?

- Interesante… ¿y porque crees eso? – preguntó divertido el médico.

- Es que últimamente he tenido algunos dolores estomacales y hace una semana empecé a sentirme ligeramente mareada – explicó recordando sus malestares – lo que tal vez derivo en que ayer vomitara y me desmayara.

- Podría ser una buena explicación, pero su diagnóstico es falso señorita.

- Entonces ¿es algo más grave? – preguntó preocupada.

- No tranquila no es nada de eso.

- ¿Entonces?

- Usted tiene 3 meses de embarazo, felicidades – declaró el médico.

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