NOAH THORNE
—Supe de tu éxito en el congreso… —dijo la doctora Johnson en el vestidor mientras yo comenzaba a cambiarme—. Pensé que aún estarías ahí.
—Surgieron ciertos imprevistos —contesté encogiéndome de hombros mientras recordaba lo ocurrido con Tanya. Por su culpa mi semana de amor con Vanessa se había frustrado, de no ser por ella seguiríamos en ese hotel, en esa habitación, día y noche, sin descansar.
Apreté los dientes y azoté la puerta de mi casillero con furia.
—¿Todo bien? —preguntó Johnson sobresaltada antes de acercarse en ropa interior y con esa cadencia que sugería que se sentía juguetona—. Pareces tenso. ¿Necesitas que te ayude con eso?
—Necesito que te alejes si no quieres terminar hecha cachitos en la basura del hospital —respondí con voz fría. No tuve que voltear hacia ella ni verla con determinación. Mi actitud fue suficiente para frenar su avance.
Antes de que pudiera decir algo o distinguir si mi amenaza era una broma o una advertencia real, escuchamos un fuer