Mi Luna se durmió después de nuestro encuentro y la acuné en mis brazos, deseando que se sienta segura y nunca más sola. Borraré cada herida que ese idiota le causó, las inseguridades sembradas al decirle que no era suficiente. Él no supo hacerla feliz porque ella es demasiado para él. Ahora que está a mi lado, mi amor y mi deseo desharán cada mal recuerdo, eliminarán cada inseguridad que él dejó en ella.
"¿Cuánto dormí?". Preguntó mi luna, su voz teñida de una dulzura apenada al despertar. Sonreí. Con ella a mi lado, me siento completo, invencible.
"Algunas horas, mi luna". Le susurré.
"Pero puedes dormir todo lo que quieras y yo seré tu guardián." Sus mejillas se encendieron, volviéndola aún más hermosa. Su cuerpo desnudo, acurrucado al mío, y el desorden de su cabello despertaron un hambre insaciable en mí. Pero este no es el momento; su ser debe adaptarse al mío, desprovisto ella de lobo. Aun así, se que la luna, en su perfección, orquesto nuestra unión, porque ella, para mí, es l