En un mundo donde la luz y la oscuridad se enfrentan, un hombre lobo descubre que la sangre de su compañera, su otra mitad, tiene el poder de destruir a los seres cambiantes, incluidos hombres lobo y hombres tigre. Sin embargo, para los vampiros, esta sangre representa un arma de poder absoluto, capaz de otorgarles invulnerabilidad total. Entre la traición y el sacrificio, el hombre lobo debe tomar una decisión imposible: proteger a su amor, arriesgando el destino de su especie, o perderlo todo para salvar a los suyos. Una historia de amor, lealtad y oscuridad, donde la sangre decidirá el futuro de todos.
Leer másLa luna reinaba en el cielo, como un farol inmenso y despiadado que iluminaba las sombras del bosque que estaba sumergido en un silencio aterrador cargado de poder y misterio donde cada árbol se alzaba como un guardián en la oscuridad y el viento traía consigo el susurro de los secretos más oscuros del mundo que nadie quería escuchar. Era una noche habitual al menos eso parecía, pero el destino había forjado vínculos ocultos que convertirían al amor, la muerte y la traición un solo tapiz que cambiaría todo.
En lo más profundo de aquel extenso y misterioso bosque, una figura solitaria corría entre las sombras. Era un hombre lobo, y su corazón latía con fuerza, no solo por el esfuerzo de su carrera, sino por el peso de un descubrimiento que lo desgarraba. Durante años había creído que el vínculo con su compañera era su refugio, el ancla que lo mantenía conectado a una humanidad que temía perder. Pero ahora, ese lazo se revelaba como su mayor amenaza.
La sangre de su amada, el fluido que le daba vida escondía un poder tan devastador que podía acabar con él y con todos los seres cambiantes la revelación era aterradora. Ese mismo elixir tan vital y precioso, poseía una fuerza que no solo podía aniquilarlo a él, sino a su raza entera desde los hombres lobo hasta los hombres tigre, todos aquellos que compartían su naturaleza serían destruidos por el poder oculto en su sangre.
Pero el peligro no terminaba ahí. Para los vampiros, esos enemigos que habían cazado a los suyos durante siglos la sangre de su compañera no era solo un arma, sino la llave para un poder absoluto. Era maldición y milagro, un veneno letal para los cambiaformas y la salvación para los vampiros. Si su sangre caía en manos equivocadas, la guerra nunca terminaría y los cambiaformas serían aniquilados sin piedad.
Si los vampiros lograban apoderarse de ella, se volverían invencibles podrían reclamar el mundo como suyo, aplastando sin piedad a cualquier criatura que desafiara su reinado eterno no se trataba solo de territorio; era una batalla por el control de un poder capaz de crear y destruir con igual intensidad. La sangre de su amada, fuente de vida y muerte, era el último secreto prohibido, el más peligroso jamás revelado.
Ahora bajo el frío resplandor de la luna, mientras las visiones lo acosaban con susurros de verdades insoportables, el hombre lobo comprendió no podía escapar de la realidad su amor se había convertido en su condena y el destino de su especie dependía de una elección imposible protegerla a ella o proteger a su raza.
Apretó los puños y sus garras salieron en un acto de furia y desesperación. ¿Cómo podía protegerla de un mundo que no comprendía su existencia? La luna parecía burlarse de él desde lo alto hacía tiempo que las visiones lo acosaban susurrándole secretos oscuros que él se había negado a aceptar. Sin embargo, en lo más profundo de su ser, la verdad lo golpeaba con fuerza. Esa noche la luna seria testigo inmortal de un juramento que lo ataba más allá de toda razón.
—Nadie la tocará jamás —murmuró, con la voz entrecortada —. No mientras yo aún respire.
Era un juramento nacido del amor y del deber, pero también de la desesperación hiciera lo que hiciera, el destino ya había empezado a girar la rueda y él no era más que un simple peón en un juego que se jugaba entre la sangre y la eternidad.
El aullido que lanzó entonces rompió el silencio y retumbó entre las montañas, un grito que era a la vez advertencia y promesa. La luna brilló con más fuerza y su luz trazó dos caminos: uno hacia la salvación, el otro hacia la destrucción.
El Guardián había hablado. Ahora sólo quedaba por ver si tendría la fuerza suficiente para cumplir con su juramento...... o si la sangre prohibida acabaría reclamando el precio que siempre había exigido.
(Punto de vista de Allison)Después de la discusión con mis hermanos, subí junto a Charlotte a la habitación que Brittany nos había asignado para pasar la noche. Al mirar el reloj, noté que eran las 8 p.m. Desde la ventana, el jardín se extendía bajo la tenue iluminación de la fiesta. A pesar de que el ambiente parecía animado, algo me impulsó a asomarme con cuidado, como si un presentimiento me susurrara al oído.Y ahí estaba él.El hermano de William. El mismo que me sacaba de mis casillas cada vez que abría la boca. Y, por supuesto, no estaba solo. Aquella mujer—la misma que había besado antes—se acomodaba con familiaridad en su regazo, sus dedos deslizándose despreocupados por su nuca. Reí sin humor. ¿De verdad había dicho que me estaba buscando? Qué ironía. Y lo peor era que ella parecía ajena a todo, como si no se diera cuenta de que él la estaba engañando.—Allison, ¿qué miras con tanto interés? —Charlotte se acercó, siguiéndome con la mirada. Su expresión pasó de la sorpresa a
(Punto de vista de Liam)Ethan y Matthew se acercaron sin dudarlo, listos para intervenir si era necesario. Ethan clavó los ojos en Owen, su voz sonó firme, inquebrantable:—Charlotte es como una hermana para mí y no voy a dejar que te acerques a ella. Sabes perfectamente que entre nosotros hay una tregua… No la rompas porque si lo haces, juro que no vas a salir bien de esta.Owen lo miró con una mezcla de desafío y certeza, su voz tan tranquila que resultaba inquietante.—Charlotte es mi compañera predestinada y no hay nada que puedas hacer al respecto. ¿Quieres guerra? La tendrás. Estoy harto de tus amenazas. Sabes bien que ustedes eran los que llevaban las de perder… La tregua solo se mantuvo por Brittany —sentenció, su rostro serio, pero su mirada ardiendo con una determinación implacable.Matthew negó con la cabeza, una sonrisa burlona asomando en sus labios.—¿De verdad crees que ustedes llevaban la ventaja? ¿Que la tregua fue por Brittany? Por favor… estás más perdido de lo que
Rania, aun recuperándose de mi rechazo, se mantenía en silencio, pero podía sentir su mirada fija en mí, como si esperara que algo más ocurriera. Su presencia me resultaba incómoda, pero no tanto como la de Ethan, quien se cruzó de brazos, claramente frustrado.—Mantente alejado de mi hermana —advirtió, con un tono firme y amenazante—. Ella no es como las chicas con las que sueles involucrarte; es distinta. No querrás que todo esto vuelva a desencadenar un conflicto. No sería beneficioso ni para ustedes ni para nosotros.Su mirada era un filo de acero. No respondí, pero arqueé una ceja en un gesto de burla. Ethan endureció la mandíbula y agregó con frialdad:—Concéntrate en tu perrita, Rania, y asegúrate de mantenerte lejos de Allison.Me di la vuelta sin molestia aparente, aunque la tensión se alojó en mi nuca como un latido molesto. No le presté más atención y, al notar que Rania ya no estaba, decidí entrar a la casa.El jardín estaba lleno de murmullos y risas, un reflejo de la armo
(Punto de vista de Liam)—Además, ¿cómo te atreves a decirme que me has buscado durante tanto tiempo? —escupió Allison con frialdad, cruzándose de brazos—. Necesitas ser más realista. No puedes ir por ahí diciendo esas cosas a personas que nunca has visto en tu vida. Con esa actitud, cualquiera pensaría que eres un demente.Apreté la mandíbula, pero antes de que pudiera responder, Brittany apareció con su característico entusiasmo.—¡Allison, aquí estabas! —Nos saludó con efusividad, abrazando a mi hermano William antes de colocarse a su lado. Luego nos miró a ambos con una sonrisa cómplice—. Veo que ya has conocido a Liam, el hermano de William.Allison mantuvo su expresión neutral, pero había algo más en su mirada, una barrera invisible que intentaba mantener en pie.—Claro, Brittany. Fue un placer conocer a otro miembro de la familia de William —dijo con tono calculadamente indiferente.Pero lo percibí. No era solo frialdad… era desconfianza.El silencio se alargó por unos segundos
(Punto de vista de Liam)Tuve una mañana complicada. Unos forasteros intentaron invadir nuestro territorio; entre ellos había pícaros y vampiros. Afortunadamente, mi beta y algunos guerreros de la manada los neutralizaron rápidamente, pero la tensión persiste. El consejo sigue presionándome para que encuentre una Reina Luna, como si eso dependiera de mí. No es mi culpa que la diosa Luna no me haya dado a mi compañera.A mis 31 años en edad humana, soy el rey supremo de todos los alfas y lobos del mundo. Tras tantos años de búsqueda, he empezado a creer que mi compañera predestinada nació y murió antes de que pudiera encontrarla. Mi primo y beta, Owen Miller, tampoco ha encontrado la suya. Juntos gobernamos sobre los alfas y lobos, pero incluso él cree que rendirse no es una opción al menos, no lo es para él.Después de mucho tiempo con Rania ocupando el lugar de una Reina Luna temporalmente, he decidido proponerle matrimonio. Mi lobo Kai, está furioso. “No lo hagas,” gruñe en mi mente,
🦋✨|. Allison Collins. |🦋✨Antes de que pueda reaccionar, alguien me toma del brazo.Mi corazón se detiene.—¡Te encontré!La voz es intensa, desesperada.Mi cuerpo se tensa. Un segundo después, estoy envuelta en un abrazo inesperado.Y no tengo idea de quién es.La fuerza de su agarre me deja sin aliento.El tiempo se ralentiza. Levanto la vista y me encuentro con unos ojos grises, fríos y profundos fijos en mí, me recorren con una intensidad que me hace estremecer.Esto no está bien.—¿Allison?La voz de William me saca del trance. Su expresión es una mezcla de incredulidad y alarma.Intento apartarme del hombre que me sujeta, pero no me suelta.—¿Me sueltas o no? —exijo, la paciencia agotándose con cada segundo. Suelto un respiro tembloroso antes de añadir—: ¿Quién demonios te crees que eres para abrazarme así? Te lo pido amablemente. Tal vez la próxima vez no lo haga.Él no responde. Solo me observa, como si yo fuera la respuesta a una pregunta que ha perseguido durante demasiado
Último capítulo