137. MIRAR AL FUTURO
[SOFÍA]
Dias después: 5 de febrero
Hay algo en el sur que hace que el tiempo se vuelva blando, maleable, como si las horas se derritieran entre el frío y el calor de este pequeño hogar. Los días pasan con una calma que nunca en mi vida había conocido: cafés lentos, caminatas abrazados contra el viento, tardes jugando con Tiziano en el living mientras Francesco lo mira como si fuera la cosa más increíble del mundo.
Es una burbuja. Nuestra burbuja. Una que me da miedo romper… pero que también me está mostrando quién soy de verdad.
Y quién siempre he sido.
Esta mañana me despierto con el peso tibio de Francesco a mi lado, abrazándome por la cintura. Su respiración roza mi nuca; su brazo descansa firme sobre mi vientre. Me quedo quieta un rato, escuchando su corazón latir contra mi espalda.
Tiziano empieza a quejarse en su cuna. Francesco abre los ojos, sonriendo dormido.
—Voy yo —murmura mientras se incorpora sin despegar los ojos de mí—. Tú quédate. Te veo cansada.
—Estoy bien —susurro,