Kate Sullivan, es una mujer imponente y poderosa, pero con pasado oculto. Después de años huyendo de su pasado oscuro, ha logrado rehacer su vida como una jefa implacable en una empresa de armamento militar de renombre mundial. Sin embargo, Kate no es conocida por su amabilidad, y su asistente, Ethan Reynolds, sufre constantemente bajo su implacable liderazgo. Lo que Kate no sabe es que Ethan también tiene un secreto y está dispuesto a lo que sea porque no se sepa. La vida de Kate da un giro inesperado cuando alguien de su pasado va por ella. Para proteger a su hija, Emily, Kate se ve obligada a tomar medidas drásticas. Su única opción es encontrar un esposo falso que la ayude a mantenerse oculta y, a su vez, proteger a su hija. Kate obliga a Ethan a que sea él su nuevo esposo bajo amenaza de perder su empleo. A medida que su relación se profundiza, descubren que tienen más en común de lo que imaginaban y una intensa atracción surge entre ellos. Sin embargo, el pasado de Kate amenaza con destruir todo lo que han construido juntos. Con cada desafío que enfrentan, su amor se fortalece y se dan cuenta de que sólo juntos podrán superar todos los obstáculos que se les presenten. ¿Podrá Kate librarse de su pasado y construir su futuro con Ethan?
Leer másKate mira de nuevo la prueba de embarazo, como si eso ayudara a que el resultado cambie, pero no lo hace. La mujer siente una emoción enorme por enterarse de su embarazo, pero no sabe cómo lo tomará su novio.
Aunque Anthony suele ser dulce con ella, sabe que es implacable con los demás y eso a veces le da un poco de miedo, porque si ese carácter duro se vuelve contra ella todo puede ser más complicado.
Cuando al fin sale del baño, se encuentra de frente con Anthony, quien la mira con el ceño fruncido y repara en la varilla que lleva en la mano.
—¿Qué tienes allí? —le pregunta al tiempo que ella trata de esconderla, pero Anthony es más rápido y se la quita.
Anthony mira la varilla con rabia y luego sus ojos se posan en Kate, ella se retuerce las manos con nerviosismo, pensando en que tal vez él pueda cambiar su actitud hostil y la abrace emocionado por la noticia.
Pero nada de eso ocurre.
Anthony la toma con fuerza del brazo y la saca del cuarto para llevarla a la primera planta, en cuanto terminan de bajar, la escalera comienza a gritar como si el mundo se estuviese acabando.
—¡¡Doctor Bean!! ¡Necesito que llamen ahora mismo al doctor, Bean!
—Anthony, ¿qué piensas hacer? —¿Pregunta, ella con temor?
—Haré que el doctor te saque a ese bebé —La respuesta fría y seca de Anthony la dejan pasmada, Intenta luchar para soltarse de la garra del hombre, pero él es más alto y fuerte, por lo que no lo logra.
—Espera, no puedes hacer eso —le dice en un susurro ahogado por el miedo—. ¡Es mi hijo y yo lo quiero!
—¡Pero yo no! ¡¡No tienes idea de lo vulnerable que puede volverme un hijo!! ¡Además, no eres una mujer como para que yo tenga descendencia! —acerca su rostro a ella y le dice con desprecio—. Sólo eres la mujer que me llevo a la cama para satisfacer mis necesidades.
—¡¿Cómo puedes decirme eso sí, anoche me dijiste que me amas?!
—¡Mentiras que un hombre debe decirle a las mujeres para que le den lo que quieren! —Anthony deja escapar una risa siniestra que a Kate le hiela la sangre.
En ese momento aparecen dos de los hombres de Anthony y junto a ellos, el doctor Bean. Con un gesto, Anthony les indica que entren a su despacho y allí lanza a Kate con fuerza haciendo que ella caiga al piso.
—¿Sí, señor DeMarco? —le pregunta el doctor con una reverencia, ignorando lo que acaba de hacer su jefe.
—Necesito que vea cómo le termina el embarazo a esta mujer. La desgraciada se ha atrevido a ir en contra de mis deseos y se ha embarazado a propósito.
—¡Eso es mentira, sabes que estaba usando…! —una bofetada de Anthony la silencia y ella se queda con los ojos abiertos acariciando la mejilla que él ha golpeado. Ese hombre que tiene frente a ella no lo reconoce, Anthony siempre fue lindo con ella, no entiende qué está ocurriendo ahora.
—A mí no me contradigas —le advierte él con los dientes apretados y luego se dirige a los hombres que acompañan al doctor—. Asegúrense de escoltar al doctor hacia donde tenga que ir y que esta no se escape —le dedica una mirada de odio a Kate y sin dejar de mirarla a los ojos, la sentencia—. Cuando el doctor termine el procedimiento, la dejan tirada por ahí para que se muera.
—¡No Anthony, por favor! —le dice ella arrodillándose frente al hombre, suplicando por su vida y la de su hijo—. ¡¡Déjame ir, te prometo que nunca más volverás a verme, ni sabrás de este hijo!!
—¡¿Acaso crees que nací ayer?! Conozco a las mujeres como tú, en cuanto puedas, regresarás para molestarme y harás que ese hijo me ponga en desventaja con los demás.
—¡No veo de qué manera mi hijo pueda ponerte en problemas! Sólo eres un policía, importante y respetado, ¡nada más! —ante las palabras de Kate, todos rompen en carcajadas. Anthony se acerca a ella y le dice muy cerca de su rostro para intimidarla.
—Sí, eso es cierto, pero soy uno de esos policías a los que la gente le huye —ella abre los ojos por el miedo y el hombre continúa—. Verás, querida, no soy de los buenos y eso debiste haberlo sabido. ¿En verdad creíste que soy un heredero que quiso buscar justicia en lugar de disfrutar de su fortuna?
«El peor error que he cometido fue querer quedarme contigo más de lo que me quedé con las otras. Debe ser porque me ofrecías algo mejor que las demás —Anthony se gira y mira por la ventana para dar su última orden—. ¡Llévensela!
Entre gritos y súplicas, Kate es sacada de la mansión de Anthony. La suben en un vehículo de vidrios tintados y la lanzan como si fuera un costal de papas. Allí la mujer se encoge y llora desconsoladamente, pensando de qué manera puede escaparse de aquello que le está tocando vivir.
No sabe cuánto tiempo después el vehículo se detiene y los hombres la sacan sin ningún cuidado. El doctor la lleva hasta un edificio y allí la mete dentro de una sala.
—¡Por favor, tenga piedad de mí! ¡No mate a mi hijo! ¡¡Déjeme escapar!!
—Aprecio mucho mi vida, señorita. Si yo hago lo que usted me pide, el señor DeMarco me matará. Ahora le agradeceré que se meta allí y se cambie de ropa. Encontrará una bata que debe colocarse, yo saldré un momento a buscar algunas cosas que necesito para el procedimiento.
El doctor sale de allí y la deja sola, Kate comienza a mirar a todas partes y se da cuenta que hay una ventana que da a la calle, se acerca a ella y trata de abrirla, pero no lo consigue.
Mira a todos lados para buscar la manera de romper el vidrio y así escapar de allí. Ve un trofeo de golf, lo toma y se siente pesado, así que corre a la puerta, coloca el seguro y la traba con un mueble. Luego, con el objeto firmemente entre sus manos, golpea la ventana destrozando el vidrio por completo.
Se salta la ventana y corre por su vida como si no hubiese un mañana. Busca entre su ropa algún dinero o algo que le pueda ayudar a tomar un taxi y escapar de allí, pero sólo consigue el reloj de oro que Anthony le regaló hace un tiempo.
Un vehículo pasa y ella lo detiene pidiéndole ayuda, le ofrece el reloj a cambio y el hombre no duda en ayudar a Kate, escapan de allí justo cuando los hombres se dan cuenta de que la mujer no está por ninguna parte…
Es un cálido día de primavera, Kate se encuentra sentada en el hermoso jardín de su casa, rodeada de una exuberante variedad de flores, uno de los deseos que su esposo le ha cumplido sólo para que se sienta feliz. Acaricia su enorme vientre, Emily está a su lado emocionada mientras observaban juntas las brillantes y fragantes flores.—Mira, mamá, ¡estas flores son tan bonitas! —exclama Emily, señalando las rosas de colores y las margaritas que adornan el jardín.Kate sonríe dulcemente, acariciando suavemente la cabeza de su hija. Disfruta de esos momentos tranquilos junto a Emily, sintiendo una conexión especial mientras comparten su amor por la belleza de la naturaleza, tal vez más adelante no tengan tantas oportunidades como esa, al menos hasta que el bebé crezca.—Sí, mi amor, son realmente hermosas… y tú las haces ver más bellas, porque eres una mariposita revoloteando entre ellas.Emily le sonríe feliz y sigue oliendo el delicado aromas de las flores.Sin embargo, en medio de esa
Y el gran llegó.La iglesia está decorada con elegancia, con hermosas flores blancas y doradas que adornan cada rincón. La luz del sol se filtra a través de las vitrales, bañando el lugar en una cálida y tenue luminosidad. Los invitados se acomodan en los bancos, ansiosos por presenciar este momento tan especial.En el altar, Ethan espera nervioso pero emocionado, luciendo un elegante traje oscuro. A su lado, su padrino y mejor amigo, Jake el Perro, le da palmaditas en la espalda para tranquilizarlo mientras se ríe de su amigo.—Esa sonrisa tuya parecer ser contagiosa —Ethan no puede dejar de sonreír, porque sabe que, en unos momentos, estará uniendo su vida con la mujer que ama profundamente.—Sólo es la demostración del amor, mi amigo, nada más que eso.Sólo quiere que su mujer llegue lo antes posible, hacerla su mujer ante los ojos de Dios y amarla por la eternidad, llevarla a recorrer el mundo sin temores y con la certeza de que serán felices sin ninguna sombra que los aceche.De
Tras todo lo que ha pasado, Kate por fin puede asistir a la prueba de su vestido de novia, en donde Samira está de mejor ánimo y va dispuesta a probarse su vestido de dama de honor. En cuanto entran a la tienda, una mujer las recibe con una sonrisa.—Señora Reynolds, pasen por aquí, por favor. Ya ambos vestidos están listos para la prueba —le dice la asistente de compras y ellas no dudan en seguirla—. ¿Cuál de las dos se probará su vestido?—La dama de honor —responde Kate de prisa—, está menos nerviosa que yo y eso seguro me relaja —pero en realidad lo que quiere Kate es que Samira se relaje y deje atrás todas las cosas que le han pasado.La asistente sonríe, sale del cuarto y unos minutos después llega con el vestido de Samira, entran al vestidor para que se cambie y cuando sale de allí, Kate se lleva las manos a la boca por la sorpresa.—¡No lo puedo creer! Te ves realmente hermosa, Samira… —Kate se pone de pie para abrazarla y las dos miran el espejo emocionadas—. Eres una princes
Los días se han pasado, rápidos para algunos y lentos para otros… y para Samira simplemente han sido eternos.Tras el matrimonio de Katerina con Mike, Kate y Ethan dejaron la casa de Mike, le ofrecieron irse con ellos, pero la muchacha no quiso, por lo que Ethan le dijo que se quedara en su departamento, el cual está más cerca de la universidad en donde iniciará sus estudios de enfermería.Si en algún momento pensó estudiar finanzas para trabajar con Kate, lo cierto es que siempre su vocación ha ido por ese lado.El problemas es que ahora mismo se siente pésimo y no sabe qué hacer.Está tirada en la cama, sin querer moverse y con mucho sueño, pero el teléfono la obliga a hacerlo.—¿Aló? —responde desganada.—¿Samira? ¿Estás bien? —le pregunta Kate preocupada por su amiga.&
La calidez del día los envuelve mágicamente, casi como si fuera verano, el jardín de la majestuosa mansión en Washington está adornado con delicadas flores y velas, creando un ambiente íntimo y romántico para la boda de Mike Murphy y Katerina Jackson, dos corazones que después de veintinueve años sin verse, nunca dejaron de latir el uno por el otro… y finalmente van a unir sus vidas en una ceremonia sencilla y emotiva, rodeados sólo de sus más cercanos.El sol comienza a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y naranjas, mientras los invitados se acomodan en pequeñas filas de sillas blancas dispuestas en el césped del jardín. Una suave brisa lleva consigo el aroma de las flores y acaricia los rostros de los presentes, augurando un futuro prometedor para la pareja.En el altar improvisado, bajo una pérgola decorada con enredaderas y
En la sala se encuentran todos reunidos, poniéndose de acuerdo con lo que piensan hacer con los matrimonios, pero sobre todo en la fecha.—Yo digo que, como no estamos de acuerdo en eso, lo echemos a suerte —dice Mike y todos asienten.—Me parece justo —dice Ethan y mira a Kate, quien asiente—. Lo haremos con una moneda, elijo sello.—Bien —acepta Katerina y Owen es quien saca la moneda, para que nadie haga trampa.Emily se ríe, mientras pinta una mariposa en un cuaderno y Samira sonríe con nostalgia, porque ya hace una semana que Anthony se las llevó y no sabe nada de él.Owen lanza la moneda al aire, la atrapa y la oculta con su mano, para luego dejarla en la mesa. Todos se detienen en el instante en que quita la mano y cuando lo hace, sonríe.—Cara. Mike y Katerina se casan primero.—¡En diez días! —dice Mike y todos s
Último capítulo