Nikolaus Hoffman.
Intento mantener la calma, mantenerme sereno y firme, por Eva, por nuestro hijo. Pero la verdad es innegable: los problemas no han hecho más que crecer desde que llegamos a España y asumimos el control de Empresas Davies. Cada decisión, cada paso, parece cargar con el peso de mil responsabilidades, y la sombra de la demanda de Paxton se cierne sobre nosotros como una amenaza constante.
No quiero ni imaginar lo que sucederá si no resolvemos esto pronto. El caso Royce, la pérdida de dinero, todos esos contratiempos ahora parecen nimiedades comparados con el peligro real que Paxton representa. Se aprovechará de cualquier descuido, de cualquier oportunidad sucia, para sacar ventaja y dañar a Eva, a nuestro hijo… y a mí, indirectamente.
Siento un pinchazo profundo en el pecho cuando recuerdo lo que esa arpía de Victoria le dijo a Niklaus. La rabia y la impotencia me recorren de pies a cabeza; daría mi vida sin dudarlo para asegurar el bienestar de mi hijo y de Eva. Cualqu