Damián.-
Me encontraba en el medio de la batalla de miradas entre Tom y Brandy, no sé qué se trían estos dos y a decir verdad tenía cosas más importantes que ser el mediador entre ellos.
De pronto sentí como todo el salón se quedó en silencio, mientras brindaba con Brandy y sonreí a medias, vi algunos murmurando y mirándome con atención, deslicé mis ojos por todo el salón intentando comprender la situación y fue cuando miré en dirección hacia la entrada del salón.
Mi sangre se congeló antes de que viera nada, el presentimiento fue una bofetada y entonces la vi.
— Es imposible –susurré dejando la copa a mitad de camino, emociones encontradas comenzando por la incredulidad–. ¿estoy alucinando?
El miedo y la incertidumbre subieron por mi garganta como bilis, mi cuerpo se convirtió en piedra fría, mis ojos estaban fijos en ella, grandes, desorbitados, traté de tragar, pero mi boca estaba seca.
¡Era ella! ¡Viva! Y absolutamente hermosa.
— ¿Esa mujer no estaba muerta? ¿Es un fantasma