Tom.-
¡Oh por dios! Casi se me sale un pulmón a comprar tabaco al ver a la mustia maldita caminando como si fuera la reina de Inglaterra.
¡Está viva, está viva! Siento como las náuseas se acumulan en mi estómago.
Las palabras de Damián me taladran la cabeza, ¿Cómo es que esa perra sabe quién mató al viejo?
Yo me encargué de no hubiera un solo cabo… ¿Habrá sido el maldito de Benjamín?
No, no, me respondí de inmediato, al él no le conviene, ni siquiera que Olivia esté viva porque le quitaría a su bastardita ¿Entonces cómo consiguió que un juez la declarara inocente?
— ¡Bien perra es mi suerte! –alcancé a escuchar a Brandy, estaba que le salía espuma por la boca, ni siquiera cambiando de look y vistiéndose de manera modesta, Damián ni le hizo caso, fue directo a ella, como si un imán lo atrajera–. ¿A dónde vas?
— ¡Eso no te importa mujerzuela! –me di la vuelta y desaparecí mientras todos estaban atentos al reencuentro de Damián y la mustia.
Tenía que huir, si esa desgraciada había