Olivia.-
Ahora en la celda no estaría sola, había otra mujer, también estaba embarazada, vi en sus ojos el miedo, pero intentando hacerse la dura para doblegar a la nueva, la puerta metálica se cerró detrás de mí.
Observé el catre que sobraba, vacío, evitando a mi compañera coloqué las cosas sobre él, escuché un resoplido, sentí sus ojos sobre mí, aunque sentí miedo por mi seguridad, no iba a dejarme amedrentar.
— No quiero problemas –me adelanté a decir–. si me ignoras yo te ignoro y no tendremos problemas.
— Yo tampoco quiero problemas –respondió, su cuerpo se relajó–. se dicen muchas cosas de ti, sonreí de medio lado.
— Supongo que en este lugar la mala fama es la mejor opción para sobrevivir –me encojo de hombros.
— Soy Beatriz –dice con un tono cauteloso.
— Olivia –le respondo solo por educación, porque lo que menos deseaba era iniciar conversación con nadie.
— ¿Cuánto tiempo tienes? –pregunta apuntando mi vientre.
— Cinco meses ya, espero estar afuera para que no nazca e