Brandy.-
El momento de nosotras llegando al funeral como todas unas diosas fue apoteósico, aún más cuando la mustia y su bastarda fueron humilladas delante de todos los presentes por los mismísimos señores Brown.
Posicioné a Vanessa como la favorita, ya me estoy saboreando el triunfo de echarle guante a todo ese dinero.
— ¡Tía eres un genio! –Vanessa se lanza sobre mí enrollando sus brazos en mi cintura, el gesto me tomó por sorpresa estuve a punto de apartarla pero me contuve ya que debo seguir en mi fachada de tía buena y protectora.
— Te lo dije, sobrina júntate conmigo y te pasaran cosas buenas –expreso mi emoción en una gran sonrisa–. ¿viste la cara de esas dos? Casi se les cae el cuero ese que tienen de pobretonas del rostro –Vanessa resopla con una pequeña carcajada.
— Sí, lo vi –su sonrisa desaparece–. la abuela por un tiempo me instó a tener una buena relación con Martina, dijo que éramos hermanas y eso nunca iba a cambiar, mi sangre es su sangre.
— ¡Por favor! –rodé mi